Notas Técnicas
Protecciones contra descargas eléctricas - 2da parte
Los problemas actuales en las cadenas de suministro en todo el mundo hacen que los plazos de reposición sean cada vez más largos. Esto evidencia la necesidad de dotar de protecciones a los dispositivos y sistemas electrónicos para evitar daños ante la aparición de descargas eléctricas.
Derribando mitos
Hay alrededor de las protecciones contra descargas, varios “mitos” o conceptos erróneos que pueden llevar a tomar una decisión equivocada respecto de su uso. A continuación algunos ejemplos:
Mito #1: "No necesito de protecciones para las E/S de mi sistema, porque estoy usando barreras de seguridad intrínseca o aisladores galvánicos".
Realidad: Las barreras de seguridad intrínseca y los aisladores galvánicos se utilizan para limitar la energía disponible para los dispositivos de campo instalados en las áreas clasificadas, pero no están diseñados como protección contra las descargas eléctricas que podrían aparecer por eventos atmosféricos o inducidos por problemas en la instalación. De hecho, muchas instrucciones de instalación de estos elementos recomiendan el uso de protectores contra descargas en forma separada.
Mito #2: "No necesito de protecciones, porque ya tengo un sistema contra rayos o mis equipos no están a la intemperie".
Realidad: Si bien en general se asocian las descargas eléctricas a los fenomenos atmosféricos o meteorológicos (caída de rayos), solo un porcentaje menor de las descargas tienen este origen. La gran mayoría de las descargas que terminan dañando los dispositivos electrónicos se originan en la propia instalación eléctrica, por ejemplo por ruidos generados en variadores de velocidad, sistemas de HVAC, arranque/parada de bombas, etc.
Por lo tanto, un buen sistema de pararrayos es recomendable, pero para nada suficiente para evitar los daños que pueden generar las descargas eléctricas.
Mito #3: "No necesito de protecciones contra descargas adicionales, porque mis dispositivos de campo ya incluyen una".
Realidad: Las protecciones contra descargas que los fabricantes suelen incorporar en sus dispositivos (como estándar o bien con costo adicional) se basan generalmente en descargadores gaseosos. Este tipo de protección se va degradando con cada disparo, por lo que el umbral de protección es cada vez más alto. Esto quiere decir básicamente, que cada vez protegen menos. Además, el tiempo de respuesta no es el apropiado para descargas de muy corta duración.
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